Los tabasqueños estan orgullosos de su pasado prehispánico, por lo que no es casualidad que hayan levantado un monumento al mítico cacique Tabascob, quien dio nombre a la entidad.
El primer contacto español ocurrió en 1518, cuando la expedición al mando del capitán Juan de Grijalva llega a la desembocadura del río conocido como Tabasco, al cual a partir de ese momento cambian el nombre en honor a su descubridor.
Aún hoy en día permanecen numerosas zonas arqueológicas sin explorar, cuyo potencial arqueológico preludia un futuro promisorio para la investigación del pasado prehispánico de Tabasco.
Hoy están abiertas al público Comalcalco, la afamada ciudad construida con ladrillos y decorada a base de hermosos modelados de estuco, establecida en la región de mayor productividad de cacao y cuya cercanía a la costa del Golfo de México le permitió por vía fluvial tner contacto con otras ciudades mayas del periodo Clásico y vincularse cultural y políticamente con Palenque.
Por lo que respecta a los olmecas arqueológicos, éstos fueron descubiertos al mundo moderno apenas en la segunda década del siglo XX, y las exploraciones formales en la importante metrópoli de La Venta, cercana al río Tonalá, marcaron el hallazgo de un complejo cultural donde se observa cómo esa temprana sociedad mesoamericana poseía conceptos urbanísticos de alta precisión que le permitieron trazar su capital con una orientación norte-sur, desviando 17 grados el emplazamiento hacia el poniente por razones astronómicas.
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