El uso de materiales perecederos, como la madera y el guano (palma), hizo imposible conservar ejemplos de arquitectura civil o religiosa de la época virreinal.
Como únicas muestras de la arquitectura religiosa del siglo XVI están el templo y ex convento de Santo Domingo de Oxolotán en Tacotalpa, y del siglo XVIII la capilla Padre Jesús o iglesia de las Miradillas, municipio de Cunduacán, en cuya fachada destaca una espadaña piramidal de dos cuerpos, tres vanos y pináculos.
Particular interés revisten los templos policromos de los municipios de Jalpa y Nacajuca, cuyos exteriores pintados con colores brillantes y decoración interior poco tradicional, ofrecen una visión diferente de la construcción religiosa.
De este estilo cabe mencionar la iglesia de Cupilco. El arte arquitectónico del siglo XIX se perdió durante el gobierno de Tomás Garrido Canabal, época de intolerancia religiosa en la que algunos templos fueron destruidos y otros totalmente alterados al cambiar su uso, ya que se convirtieron en escuelas, locales sindicales y bodegas.
En tanto, la arquitectura civil concentrada en los centros urbanos de la capital y en las cabeceras municipales es de gran sencillez, con muros de tabique y estructuras de madera en techumbres de dos, tres y cuatro aguas con acabados de teja.
Si los evangelizadores, a su paso por tierras tabasqueñas, no dejaron un gran legado arquitectónico, ya que su establecimiento estuvo supeditado a las condiciones del medio ambiente, la mano del hombre, la fyerte actividad económica que ha registrado el estado, y el transcurrir de los años, no han logrado borrar del todo esa riqueza natural que posee. Al contrario, Tabasco sigue manteniendo a toda costa ese mundo de gran fertilidad.
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